¿Sexo casual?

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¿Sexo casual?

¿Sexo casual?

Noviembre 01, 2017

El “sexo” casual, sin compromiso, o las relaciones sexuales esporádicas… ¿es algo más frecuente ahora? ¿hombres y mujeres lo buscan por igual? Te respondemos a algunas cuestiones en el siguiente post…

 

¿Ahora más que antes?

 

Nuestra sociedad es ahora más erotofílica (mejores actitudes hacia la sexualidad) que en el pasado, y por eso las personas son más libres ahora que antes de tener relaciones sexuales de forma casual sin expectativa de compromiso si esto es lo que desean…  No obstante, las actitudes sociales siempre han sido más represivas con la sexualidad de las mujeres. Hasta hace no mucho, si se trataba de un hombre quien deseaba mantener “sexo” casual, se le percibía como un seductor… Si eso mismo lo hacía una mujer, los calificativos eran bien diferentes. Esto, seguro que nos suena ¿verdad?.

 

¿En mujeres y hombres por igual?

 

Hay que tener en cuenta que el deseo sexual funciona diferente en hombres y mujeres. En la mayoría de mujeres, una seducción e intimidad adecuadas son necesarias para despertar el deseo. Por eso, el contexto de sexo casual, para algunas mujeres puede no ser el escenario más adecuado, no porque tengan algún prejuicio al respecto, sino porque a veces no se suelen dar las condiciones de seducción que necesitan para desear tener “sexo”.

 

Las relaciones de este tipo, aunque deseables y muy placenteras para muchas personas, no son por tanto la “panacea” para todos.

 

Por ejemplo, hay muchos hombres que viven con ansiedad este tipo de relaciones ocasionales, en las que no se sienten seguros y se presionan con el hecho de cumplir un estándar de buen amante, que en nuestra cultura aún está ligado a tener una gran e inmediata erección. Es obvio que de este modo, no se disfruta demasiado.

 

Por el contrario, también hay muchos hombres y muchas mujeres que viven con gran satisfacción estos encuentros y forman parte de lo que desean vivir en determinadas etapas de sus vidas.

 

¿Qué deben tener claro quienes practican el sexo ocasional? 

 

El sexo, sea casual o no, habrá merecido la pena si es deseado y satisfactorio. En este sentido, juegan un papel importante las expectativas, pues lo ideal es que ambos tengan las mismas y que haya sinceridad al respecto. Hay también una ética en las relaciones, y si se promete algo que no se está dispuesto a ofrecer (compromiso, continuidad, exclusividad…), solo por obtener sexo a cambio, no se está siendo ético, y es muy probable que la otra persona juegue en desventaja y salga dañada. Por eso, si sabemos lo que queremos es importante ser sinceros. Si se juega a lo mismo, los dos jugadores lo pasarán mejor.

 

Algunas personas que desean sexo casual, tienen dificultades para manifestarlo verbalmente e intentan dejarlo claro marcando ciertos límites: siendo fríos o cortantes una vez acabada la relación, acariciando poco, evitando algunos mimos o gestos con la otra persona para no dar lugar a equívocos…  Está claro que en esos términos, la relación acaba perdiendo mucha calidad. Ser un “amante casual” no es incompatible con poder ser cariñosos y entregados. De este modo, todos ganan.

 

¿Las personas que prefieren el sexo “casual”, buscan en alguna etapa de sus vidas una relación?

 

En la actualidad la mayoría de relaciones entre dos personas que se gustan (tengan o no el deseo de compromiso) comienzan como relaciones de sexo casual.

 

Por eso nunca podemos saber a ciencia cierta el desenlace de una relación porque incluso teniendo claras nuestras expectativas, estas pueden variar si la persona despierta nuestro interés. Al fin y al cabo las relaciones sexuales suponen empezar a conocer a alguien que puede convertirse en especial incluso sin haberlo planeado…

 

En nuestras consultas, nos hemos encontrado con casos de hombres que durante alguna época de su vida han buscado sobre todo relaciones sexuales sin compromiso, y han funcionado muy bien de este modo, pero cuando han buscado activamente una relación de pareja, se manejaban bien en la seducción inicial, pero estaban muy perdidos y sin apenas recursos para mantener la relación, pasada la primera etapa de enamoramiento.

 

Por Ana Carmona Rubio