Eyaculación femenina

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Eyaculación femenina

Eyaculación femenina

Febrero 01, 2018

¿Alguna vez teniendo relaciones sexuales sola o acompañada has tenido la sensación de querer hacer pis en ese mismo momento? Tras las relaciones eróticas ¿recuerdas alguna mancha en las sábanas que no has sabido reconocer por cómo olía? Te puedes quedar tranquila, ¡has eyaculado! El desconocimiento sobre la eyaculación femenina es tal, que muchas mujeres han vivido estas experiencias y les ha dado vergüenza o miedo compartir lo que les pasaba. Muchas al hacerlo con sus amigas, se dieron cuenta que no eran las únicas. Todavía hoy nos seguimos preguntando: ¿de dónde viene este líquido? ¿es o no es pis? ¿por qué se produce? ¿qué relación existe entre las ganas de hacer pis y eyacular?

 

Según Diana J. Torres, activista y gran investigadora sobre la eyaculación femenina, la responsable de la eyaculación es la próstata femenina, formada por un conjunto de glándulas llamadas glándulas de Skene. Se ubica en torno a la uretra (el conducto que va de la vejiga al exterior) y está enraizada en ella. Se localiza paralela a la vagina, como a dos centímetros de la entrada de la vagina (lo que podemos asociar con la zona del punto G). El tamaño de nuestra próstata oscila entre los dos y los cinco centímetros en reposo. Cuando está llena (de líquido, no de sangre) puede llegar a triplicar su tamaño. La próstata tiene un conducto bífido que la comunica con el exterior y cuyas salidas están situadas a ambos lados del meato urinario. Así la eyaculación no sale por la uretra, si no por estos dos conductos ubicados muy cerca del meato urinario.

 

Hay veces que las mujeres explican que durante las relaciones sienten que están lubricando mucho. Sin embargo, el flujo no tiene esa consistencia. El líquido prostático es muy acuoso, muy parecido en composición al de los hombres (fosfatasa ácida prostática y glucosa). La diferencia con el flujo, es que se expulsa durante las relaciones eróticas y en puntos de intenso placer o durante el orgasmo, nunca antes (la sensación de “estar lubricada” se puede sentir anteriormente a la relación sexual).

 

También hay muchas mujeres que piensan que se están orinando mientras están teniendo relaciones sexualesdurante el orgasmo o después de él. Es en el momento de eyacular cuando se experimenta la sensación de tener ganas de orinar debido a la ubicación de la próstata (enraizada en la uretra y los conductos por los que eyaculamos están muy próximos al meato urinario). ¿Qué ocurre en este punto? Hay mujeres que lo hacen (conscientemente o no) y otras, que eyaculan hacia dentro. El líquido prostático va a parar a la vejiga y se expulsa con la orina. Quizás por eso, muchas mujeres tras sentir el orgasmo o durante la estimulación de esta zona, tienen la necesidad de ir corriendo a hacer pis.

 

Las mujeres que eyaculan de forma consciente, son mujeres que las primeras veces que les ocurrió pensaron que algo iba mal en sus cuerpos. El desconocimiento de la existencia de la próstata en mujeres es tal, que algunas mujeres han sido intervenidas quirúrgicamente por esta razón. Aguantarse durante las relaciones eróticas o durante el orgasmo, esta necesidad de orinar, es el mecanismo “natural” que aparece de primeras en la mayoría de mujeres. Cuando estas mujeres aceptan que su cuerpo funciona así viven sus sexualidades de forma placentera y feliz.

 

¿Qué pasa con las demás mujeres, las que no han eyaculado jamás? Hay teorías que apuntan a que si la mujer se da permiso para no frenar esas ganas de hacer pis, conseguirá eyacular (relajar la vagina en los momentos previos al orgasmo y empujar, puede ayudar a conseguirlo) ¡Se puede expulsar hasta un litro de este líquido! Si todavía te surgen dudas, la prueba para comprobar que efectivamente estabas eyaculando, es mirar las sábanas, el sofá, etc. y encontrar manchas casi inodoras (o por lo menos, de un olor diferente a la orina). En general, existen todavía pocas investigaciones sobre la existencia de la próstata y el mecanismo de eyaculación. Existe bibliografía que afirma que la próstata como tal no existe, que lo que tienen algunas mujeres es tejido prostático residual. Por tanto, todas aquellas mujeres que no eyaculan es por la no existencia de este tejido en sus cuerpos (no quedó de forma residual durante la gestación).

 

Por contrapunto, ahora que la eyaculación femenina está empezando a ser un tema menos tabú, existe un mito asociado a ella: los mejores orgasmos son los que se experimentan cuando eyaculas. Y este mito sólo ayuda a que las mujeres volvamos a tener otra obligación sexual más. Ahora aquellas mujeres que no eyaculan tienen que vivir frustradas por no hacerlo. Ya teníamos suficiente con la presión de alcanzar el orgasmo, que ahora también tenemos que eyacular. ¿Dónde está el disfrute por el disfrute? ¿No tenemos suficientes obligaciones como para también tener que llevarnos otra más a la cama? ¿Quién es quien tiene que valorar cuánto ha disfrutado de la relación erótica? ¿Quién valora si es más placentero ese orgasmo que el otro: la cantidad de líquido que expulso o la sensación subjetiva de placer?

 

Lo que está claro es que la sexualidad femenina asociada a placer y no a la reproducción, no tienen mucho éxito en la comunidad científica. ¿Y no suele ocurrir que lo que tiene que ver con el placer de las mujeres se invisibiliza? ¿Qué sigue ocurriendo con el clítoris? ¿Por qué hoy sigue sin aparecer en los libros de primaria cuando se explica el cuerpo humano? Nuestro cerebro tiene un mapa con todos nuestros órganos, podamos sentirlos o no, sabe su ubicación y para lo que sirven. Si desde pequeñas no aprendemos su nombre, ni dónde se encuentran, ¿cómo vamos a saber cómo funcionan?. Hagamos algo por nuestras hijas y por todas nosotras, reivindiquemos nuestros cuerpos y nuestros placeres, y gritemos fuerte: NOSOTRAS TAMBIÉN EYACULAMOS. 

 

Por Núria Cano Cano