La llamada Viagra femenina y los problemas de deseo en la mujer

Inicio  /  La llamada Viagra femenina y los problemas de deseo en la mujer

La llamada Viagra femenina y los problemas de deseo en la mujer

La llamada Viagra femenina y los problemas de deseo en la mujer

Agosto 01, 2017

Las sexólogas y los sexólogos se encuentran frecuentemente en consulta con los problemas de deseo, tanto en el caso de los hombres, como en el caso de las mujeres.

 

En relación con los problemas de deseo femenino y su tratamiento, recientemente, diversos medios de comunicación han publicado la noticia de que un grupo de expertos han aconsejado a la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) que de luz verde a la comercialización de la flibanserina, una pastilla que, supuestamente, aumenta el deseo erótico en la mujer. En diversos medios se la ha denominado la “viagra femenina” o “viagra rosa”.
La búsqueda de una píldora que aumente el deseo en la mujer viene de lejos. Desde que el Viagra vio la luz allá por 1998, diversas farmacéuticas han intentado obtener un medicamento que resuelva una de las quejas más frecuentes de las mujeres en lo relativo a su sexualidad: la falta de deseo erótico.

 

La flibanserina, al igual que el Viagra (que inicialmente era un medicamento destinado a tratar la hipertensión), ha acabado siendo utilizada en los problemas sexuales por casualidad, ya que originalmente era un medicamento destinado a tratar la depresión o el insomnio. Sin embargo, en los diversos intentos de comercialización, la flibanserina se ha encontrado con varios obstáculos, y fue rechazada en dos ocasiones por la FDA (en 2010 y en 2013), por sus numerosos efectos secundarios (nauseas, desmayos, mareos y somnolencia, entre otros efectos) y porque no demostraba mucha mayor eficacia que un placebo de cara a aumentar el deseo erótico en la mujer.

 

Según diversas noticias publicadas recientemente, sin embargo, está cerca el momento en que se comercialice en Estados Unidos, y suponemos por tanto que en un futuro no muy lejano la veremos también en las farmacias españolas.

 

Obviamente, como profesionales de la sexología, nos alegra la aparición de cualquier medicamento nuevo que pueda aportar algo a la resolución de cualquiera de los problemas sexuales que tanto hacen sufrir a las personas, y que vemos a diario en consulta. Sin embargo, en relación a los medicamentos desarrollados para tratar el deseo sexual femenino, nos surgen algunas dudas.

 

Por ejemplo, a menudo vemos en consulta que un problema de deseo sexual en la mujer (y a veces también en el hombre), está causado por un problema de pareja. Ella no desea contacto íntimo con una persona con la que se pelea diariamente, o con la que se siente en desarmonía, o con una persona que piensa que no le habla bien, no la cuida, o no la atiende. En estos casos, lo más efectivo es, lógicamente, trabajar para mejorar la relación de pareja, ya que frecuentemente, cuando la pareja mejora, lo hace también el deseo femenino.

 

Muchas de estas parejas no identifican que su problema relacional está detrás de la falta de deseo de la mujer. Nos planteamos si no sucederá, en muchos casos, que ellas y ellos acudan a la farmacia a buscar una pastilla que logre que mágicamente que ella aumente su deseo erótico por una pareja con la que se siente resentida o molesta. Nos parece difícil que una pastilla, cualquier pastilla, logre tal cosa.

 

Por otro lado, también en consulta vemos casos de mujeres que no desean por una pura y simple sobrecarga de tareas. El trabajo fuera de casa, el trabajo en casa, el cuidado de las hijas o los hijos, el cuidado de otros familiares… a veces hacen que la mujer desee fervientemente la cama, pero no precisamente para tener un coito o cualquier otro tipo de contacto genital, sino para dormir y descansar.

 

Al igual que en el caso anterior, surge la duda de si una pastilla (más aún una pastilla que al parecer, produce cierta somnolencia), resolverá el problema de estas mujeres, de estas parejas.

 

Y por mencionar simplemente otro caso, no es infrecuente tampoco encontrar en consulta mujeres que no desean porque no han disfrutado previamente de los encuentros que han tenido. Tal vez las relaciones eróticas que han tenido en el pasado no han seguido una pauta que a la mujer le agrade (por ejemplo, relaciones muy centradas en lo genital, o que van muy directamente a lo genital, con pocas caricias), a veces se trata de que se le ha hecho poco caso al clítoris (relaciones centradas en el coito que no favorecen el placer y el orgasmo de muchas mujeres, con escasas caricias y atención al clítoris femenino), a veces la mujer siente que las relaciones sexuales en sí le agradan, pero necesita un ambiente más sensual o más romántico del que encuentra con su pareja en la vida diaria… el caso es que si no te agrada en absoluto cómo se han cocinado las lentejas que te has ido comiendo a lo largo de tu vida, es difícil que una pastilla logre despertarte las ganas de comer lentejas. Tal vez la mejor solución sería probar a cocinarlas de forma diferente, y de paso, aumentar o variar el menú.

 

En resumen, las reflexiones que desde Lasexologia.com nos planteamos, nos llevan a la conclusión de que ante un problema sexual, ante cualquier problema sexual, hay que realizar una buena evaluación inicial, preferentemente por parte de un profesional de la sexología, de cara a identificar las causas que están detrás del mismo, y abordarlas de forma efectiva.

 

La sexualidad humana es sumamente compleja, y con frecuencia, sus problemas requieren un abordaje más amplio que recetar, simplemente, un medicamento.

 

Debemos garantizar unas intervenciones de calidad, que sean de utilidad a las personas, y les ayuden a resolver verdaderamente sus problemas en el ámbito de la sexualidad. Los medicamentos, al igual que otras herramientas (como las distintas técnicas terapéuticas), pueden ser útiles en diversos casos (y de hecho, a veces, lo son), pero no resultan de utilidad cuando son aplicados sin criterio alguno y sin estudiar y comprender a fondo la problemática de la persona o la pareja, si es apropiado o no en su caso el uso de un apoyo farmacológico, y si precisa ayuda adicional (o alternativa). Podemos hacerles gastar un tiempo y un dinero innecesario, y peor aún, desanimarlos en su proceso de búsqueda de soluciones.

 

Habrá que prestar atención al nacimiento y desarrollo de esta píldora para el deseo femenino, para ver si efectivamente, tiene más utilidad que un placebo, qué efectos secundarios tiene, y si realmente es una ayuda que puede complementar otros tratamientos.

 

Entre tanto, no podemos dejar de mencionar que el trabajo desarrollado por las sexólogas y los sexólogos ha ayudado en el pasado, y sigue ayudando en la actualidad, a muchas parejas a resolver sus problemas de deseo, tanto hombres como mujeres. Por tanto, y al margen de las nuevas herramientas que puedan surgir en el futuro, las mujeres con problemas de deseo, tienen en la actualidad posibilidades de intervención sexológica que son de utilidad en muchos casos.

 

Por María Victoria Ramírez Crespo